Cómo elegir al mejor proveedor de idiomas para vuestra empresa

18/12/2019
Idiomas para empresas

Elegir un proveedor de formación de idiomas es una decisión compleja.

La mayoría de responsables de formación y RRHH explican que implementar clases de inglés u otros idiomas supone un esfuerzo y un riesgo porque suelen ser formaciones continuas en las que participan personas con diferentes niveles y necesidades. Y no es fácil que se cumplan las expectativas de todas.

Por tanto, lo que buscan los departamentos de personas es un proveedor que pueda encargarse de todos los aspectos, tanto pedagógicos como administrativos, relacionados con los cursos de idiomas. En definitiva, un partner de confianza que les apoye y libere de todas las gestiones que supone un proyecto de este tipo.

10 aspectos a tener en cuenta a la hora de escoger al proveedor de idiomas ideal

El proveedor ideal (además de contar con profesorado nativo competente y ser experto en formación de idiomas para empresas) será aquel que pueda ocuparse de detalles generales y del día a día como los siguientes:

  1. evaluar el nivel inicial de inglés (u otro idioma) de las personas
  2. analizar las necesidades y objetivos del equipo
  3. recomendar las soluciones pedagógicas que más se ajustan al alumnado (presencial, virtual u online)
  4. crear grupos por niveles, en el caso de formación presencial
  5. gestionar altas y bajas
  6. hacer seguimiento para conocer la satisfacción de las personas que siguen la formación y motivarlas a que acaben los cursos
  7. crear informes de asistencia y progreso
  8. enviar con puntualidad la documentación que se requiera (por ejemplo, para gestionar las bonificaciones de Fundae)
  9. contar con responsables que pidan feedback constante para solventar cualquier cosa relacionada con los cursos o con gestiones administrativas y que den solución a cualquier incidencia, lo antes posible
  10. disponer de la tecnología que aporte valor al alumnado y a los responsables de formación

¿Buscas proveedor de idiomas como beneficio social o para formación de idiomas estratégica?

Dependiendo de si la formación de idiomas se ofrece como beneficio social (abierta a todas las personas de la organización) o de si se considera una competencia estratégica, ligada a negocio, se necesitará un tipo de proveedor u otro.

Si lo único que se persigue es ofrecer un beneficio social los factores a tener en cuenta para este tipo de “formación” serán los dos siguientes:

  1. Precio: que se adapte al presupuesto disponible, sin tener en cuenta la calidad, ni por tanto los resultados. La idea es que puedan seguir la formación todas las personas que quieran, sin restricciones.
  2. Que sea fácil de implementar: tanto a nivel humano como tecnológico. Que no supongan un sobreesfuerzo para los responsables de formación.

Merece la pena puntualizar que siempre es un riesgo ofrecer “café para todo el mundo”, ya que la mayoría de las personas no valorará la formación.

Pero si se busca una formación de idiomas estratégica orientada a resultados, al menos para algunos colectivos de la organización, el proveedor ideal de cursos de idiomas sería el siguiente:

  1. Especializado en empresas y profesionales: si es así, hablará el mismo idioma y escuchará vuestros objetivos y necesidades. No es lo mismo enseñar a aprender a un niño que a un adulto con responsabilidades personales y profesionales, que seguramente dispone de poco tiempo y que quiere poder aplicar lo aprendido desde el primer día. Además, es más fiable decantarse por proveedores especializados, que por aquellos que cuentan con catálogos de formación de todas las áreas (prevención de riesgos laborales, idiomas, mindfulness, coaching, negociación, ventas, …)
  2. Con profesorado nativo, titulado, con años de experiencia enseñando a profesionales. Las titulaciones oficiales para enseñar son importantes y si además el profesorado tiene experiencia en otros sectores, mejor que mejor, ya que aportará su expertise en ese campo.
  3. Profesorado con poca rotación y que hable el idioma local. El hecho de contar con un equipo nativo y establecido en el territorio desde hace tiempo, garantiza que conozcan la cultura y la lengua y hace que sean más empáticos porque saben lo que es el reto de aprender idiomas.
  4. Que cuente con tecnología al servicio de las personas. Muchas plataformas son espacios de contenidos a granel, en las que las personas que se han apuntado a los cursos pueden verse superadas con tanta información, y por tanto con probabilidad de dejarlos inacabados. Una plataforma o un campus virtual deben ayudaros a simplificar, y a conseguir resultados, no a desbordar al alumnado.
  5. Que ofrezca diferentes soluciones pedagógicas. Dependiendo de los niveles, objetivos, localización y perfil de aprendizaje, aconsejarán formación presencial, virtual, online o blended.
  6. Que adapte los contenidos y que defina los objetivos del alumnado en un Plan de estudios al inicio del curso. En la primera clase profesorado y tutores, junto con las personas que van a seguir la formación, crearán una hoja de ruta para que durante el curso se trabajen contenidos relevantes que puedan aplicar desde el primer día.
  7. Con buena reputación y sólida trayectoria. A través de los clientes y de las soluciones aportadas, se pueden pedir contactos o referencias para preguntarles cómo está funcionando la formación en su compañía.
  8. Que cuente con un equipo de coordinación especializado para que cumplan con puntualidad los requisitos obligatorios (envío de documentación, informes, etc.)
  9. Que ofrezca una excelente calidad/precio. Unas botas de montaña y unas chanclas de playa se consideran calzado, pero todo el mundo sabe que cubren diferentes necesidades y no se pueden comparar entre ellas para decidir cuál es mejor. Es importante entender todo lo que incluye el servicio, para comparar con claridad, y ver cuáles son los beneficios que nos va a aportar ese proveedor. El precio no debería ser el primer factor para tomar una decisión, ya que lo importante no es si la formación es cara o barata, sino que sea la adecuada para impulsar la organización. Lo barato, a la larga, suele salir caro.
  10. Con interlocutores que compartan valores y que se comprometan con vuestros objetivos. Si tienen una filosofía alineada a vuestra organización será más fácil la comunicación y se adaptarán más rápidamente a nuevas necesidades. Y te asegurarás de que se cumplen las expectativas pactadas.
  11. Que mida los resultados de las acciones formativas y del aprendizaje. El seguimiento es vital Importante que disponga de herramientas internas y externas para evaluar el progreso de las personas: evaluación continuada y exámenes oficiales: TOIEC, TOEFL o LINGUA SKILL.
  12. Que ofrezca una formación que promueva el aprendizaje. El proveedor y en concreto el profesorado debe comprometerse 100% con la formación, y el alumnado deberá comprometerse 100% con el aprendizaje. Esta es la fórmula del éxito.

Estas claves pueden ayudarte a hacer una mejor elección, o como mínimo saber que no dejas ningún aspecto importante de lado. Si quieres saber más sobre cómo organizar una formación de idiomas de éxito, descarga nuestra guía.

FacebookTwitterPinterestLinkedIn